Las principales universidades argentinas retrocedieron entre 19 y 78 lugares en la edición 2025 del ranking global de universidades elaborado por el Center for World University Rankings (CWUR), que analizó más de 21.000 casas de estudio y seleccionó a las mejores 2.000. Según la entidad, el descenso generalizado de las instituciones locales se debe principalmente al “debilitamiento del rendimiento en investigación” como consecuencia de los recortes presupuestarios en ciencia y educación.
“Aunque Argentina cuenta con siete universidades entre las mejores del mundo, lo alarmante es el retroceso que tuvieron por los recortes del Gobierno de Javier Milei”, expresó Nadim Mahassen, presidente del CWUR, en un comunicado oficial. Y agregó: “Mientras la mayoría de los países priorizan el desarrollo de la ciencia, Argentina está luchando por sostenerla”.
El ranking evalúa cuatro indicadores: calidad educativa (25 %), empleabilidad (25 %), calidad del cuerpo docente (10 %) e investigación (40 %). A excepción de una mejora leve en calidad educativa, la UBA descendió 19 lugares, ubicándose en el puesto 409, principalmente por el deterioro en investigación y empleabilidad.
El retroceso también alcanzó a otras universidades emblemáticas:
Universidad Nacional de La Plata (UNLP): bajó 20 puestos y se ubicó en el lugar 752.
Universidad Nacional de Rosario (UNR): cayó 59 posiciones.
Universidad Nacional del Litoral (UNL): descendió 18 puestos.
Universidad Nacional de Cuyo (Uncuyo): retrocedió 46 lugares.
Universidad Nacional de Mar del Plata: fue la más afectada, bajando 78 posiciones.
En contraste, la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) fue la única entre las siete argentinas en la clasificación que mejoró su desempeño, avanzando ligeramente hasta el puesto 819.
El contexto del informe se vio reflejado en las calles la semana pasada, cuando científicos y científicas argentinas se manifestaron vestidos como los personajes de El Eternauta bajo consignas como “No al cientificidio” y “Nadie se salva solo”, en rechazo a lo que describen como una crisis profunda del sistema de ciencia y técnica nacional. Esta semana, se sumarán a la marcha de jubilados frente al Congreso.
“Sin una financiación más fuerte y una planificación estratégica más sólida, Argentina corre el riesgo de quedar aún más rezagada en el panorama académico mundial”, concluyó Mahassen.