domingo 29 de junio de 2025 - Edición Nº1397

Sociedad | 14 may 2025

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Brandsen: con el estiércol generan energía y fertilizan cultivos

Un proyecto conjunto entre el INTA y una planta local prueba con éxito el uso agronómico de los desechos de una granja avícola en el distrito de Brandsen.


TAGS: BRANDSEN, INTA

A solo 35 kilómetros de La Plata, un proyecto pionero en el municipio de Brandsen demuestra cómo la producción agropecuaria puede reinventarse de forma sustentable. Lo que antes era simple estiércol de gallina, hoy se transforma en energía y fertilizante, gracias a la articulación entre una planta de biogás local y el INTA.

Basura que vale

En alianza con la empresa avícola Ovobrand, técnicos del Laboratorio de Transformación de Residuos del INTA llevan dos años investigando cómo reutilizar los desechos orgánicos generados por las aves. El objetivo: transformar lo que antes era un pasivo ambiental en un biofertilizante agrícola útil y seguro.

“Logramos identificar tanto beneficios como limitaciones, lo que nos permitió diseñar un plan de manejo adecuado”, explicó Patricia Bres, investigadora del INTA y especialista en microbiología agrícola.

Del gas al campo

El proceso comienza con la generación de biogás a partir del estiércol. Lo que queda luego, el llamado “material digerido”, es evaluado y ajustado para su uso como fertilizante. El ensayo se realiza en las mismas parcelas donde se generan los residuos, aplicando diferentes dosis del producto líquido y monitoreando variables del suelo, el clima y los cultivos.

Incluso se testearon distintas formas de aplicación: desde sistemas pivotantes con boquillas especiales hasta regadores adaptados a caminos rurales. Todo con un mismo norte: aprovechar los residuos sin dañar el ambiente.

Ejemplo de economía circular

El caso Brandsen es un ejemplo palpable de economía circular. Las aves se alimentan con proteína vegetal, producen huevos y también residuos; esos residuos generan gas, y el sobrante del gas regresa a la tierra como nutriente. Todo en un circuito cerrado, de bajo transporte y alto valor agregado.

A futuro, el desafío será mejorar la calidad del fertilizante, tal vez convirtiéndolo en pellets sólidos o extrayendo nutrientes específicos como el nitrógeno para otros usos.

Más que una innovación técnica

Este tipo de proyectos no solo representa un avance en términos de tecnología agropecuaria, sino también un cambio de paradigma: producir más y mejor, sin destruir el entorno. En plena provincia de Buenos Aires, se empieza a escribir una nueva historia sobre cómo alimentar al país con inteligencia y respeto por la tierra.

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