

La vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, incorporó a Claudia Rucci como armadora política en la provincia de Buenos Aires y comenzó una serie de recorridas por el territorio bonaerense con vistas a fortalecer su perfil electoral. La estrategia reactiva su equipo tras su ruptura con el oficialismo de La Libertad Avanza.
Las diferencias entre Villarruel y el presidente Javier Milei se intensificaron luego de una serie de gestos políticos que incomodaron a la Casa Rosada. El detonante fue su visita a la Catedral Metropolitana junto a Jorge Macri, hecho por el cual fue acusada de “traidora” por el propio mandatario, según señalaron fuentes cercanas a ambos espacios.
La exlegisladora Claudia Rucci fue designada nuevamente al frente del Observatorio de Derechos Humanos del Senado, cargo que había dejado tras un conflicto con la propia Villarruel en diciembre. En esta nueva etapa, no solo recuperó esa función, sino que también asumió como pieza clave en el armado político de la vicepresidenta en Buenos Aires.
Desde el entorno de Villarruel confirmaron que la reconfiguración de su equipo incluye recorridas programadas por distintas localidades bonaerenses, comenzando por Chivilcoy, donde fue recibida por el intendente Guillermo Britos. El jefe comunal se mantiene distanciado del oficialismo provincial y del kirchnerismo, lo que fue leído como un guiño hacia una posible alianza futura.
La avanzada de Victoria Villarruel en Buenos Aires recuerda a la estrategia que utilizó María Eugenia Vidal cuando dejó su cargo en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para instalarse como candidata a gobernadora. En este caso, Villarruel se movería desde la Vicepresidencia de la Nación, en un contexto de fuertes tensiones con La Libertad Avanza.
Si bien desde su entorno niegan motivaciones electorales en las recorridas, admiten que “hay un proceso de posicionamiento en marcha”. “Son visitas protocolares, sin contenido electoral”, señalaron oficialmente, aunque las acciones y los nombres que integran el nuevo equipo indican un rumbo más definido.
Además de Rucci, el equipo de Victoria Villarruel incluye figuras como Carlos Olivelli, subdirector de Seguridad; el exmilitar Claudio Gallardo; y los hermanos Saturnino y Facundo Funes, este último a cargo de la Dirección General de Administración. Según trascendió, varios de ellos fueron acercados por Guillermo Montenegro, quien tuvo una relación cercana con la vicepresidenta antes de su llegada al Senado.
La reincorporación de Rucci, con trayectoria junto a José Manuel De la Sota y vínculos con Sergio Massa, fue interpretada como una señal hacia sectores del peronismo no kirchnerista. Su función será articular con intendentes y referentes locales para tejer una red territorial que respalde a Villarruel en sus movimientos políticos.
Aunque no hay confirmación oficial sobre una posible candidatura, desde sectores cercanos a la vicepresidenta no descartan que evalúe competir por la gobernación en 2027. La consolidación de un equipo propio, el distanciamiento del presidente y las recorridas por la provincia alimentan las especulaciones.
Mientras Victoria Villarruel insiste en minimizar su proyección electoral, los pasos que dio en las últimas semanas muestran una construcción política en marcha. Su estrategia parece ya puesta en marcha, con Buenos Aires como epicentro de una posible alternativa dentro del mismo espacio libertario o por fuera de él.