

El desempleo vuelve a encender alarmas en la Provincia de Buenos Aires. Según datos recientes del Ministerio de Economía bonaerense, la desocupación en las principales ciudades del distrito alcanzó el 9,3% en el primer trimestre del año, un salto de 1,3 puntos porcentuales respecto al mismo período de 2023.
El número más elevado se registró en el conurbano, donde el desempleo llegó al 9,7%. En el Gran La Plata, la tasa fue del 8,7%, mientras que en Mar del Plata, históricamente sensible a los vaivenes estacionales, se ubicó en el 6%.
Si bien las cifras no alcanzan los picos de otras crisis recientes, el dato inquietante está en la composición del empleo. Según el ministro Pablo López, se observa un “deterioro multidimensional” del mercado laboral: aumentan la subocupación, la informalidad y el trabajo por cuenta propia, en detrimento del empleo registrado y con estabilidad.
En otras palabras, cada vez más personas trabajan, pero lo hacen en condiciones precarias y con ingresos que no alcanzan.
El panorama es especialmente adverso para los jóvenes. Entre las mujeres menores de 29 años, el desempleo trepó al 22,7%, mientras que entre los varones de esa franja etaria la cifra llegó al 17,6%. Ambos indicadores subieron respecto del año anterior y reflejan una realidad preocupante: el mercado laboral expulsa o precariza a quienes deberían estar iniciando su camino profesional.
Un síntoma claro de esta fragilidad es el crecimiento del cuentapropismo. Muchas personas recurren a trabajos informales como ventas ambulantes, aplicaciones de delivery o changas para sortear la falta de empleo formal. Esta tendencia ayuda a disimular los números duros de la desocupación, pero no resuelve el problema de fondo.
El caso de Mar del Plata resulta ilustrativo: una ciudad con gran dependencia del turismo, que suele mostrar fuertes oscilaciones estacionales, hoy registra un 6% de desocupación incluso fuera de temporada alta. Lo mismo ocurre en La Plata, sede del poder político y administrativo de la Provincia, donde la tasa de desempleo se acerca al 9%.
Todo esto ocurre en un contexto nacional marcado por la recesión, la inflación persistente y la incertidumbre económica. En ese marco, la desocupación en la Provincia parece dejar de ser una anomalía para convertirse en un fenómeno sostenido.
Y mientras crecen las dificultades para acceder a un empleo digno, el riesgo es que el desempleo vuelva a convertirse en uno de los principales problemas estructurales del país, como ya ocurrió a fines de los años ‘90.