miércoles 30 de abril de 2025 - Edición Nº1337

Lomas de Zamora | 15 abr 2025

EDUCACIÓN

Los debates urgentes de una escuela arrasada

Agustina Iglesias es docente de escuelas secundarias públicas. En esta nota plantea reflexiona sobre el rol docente, desde una perspectiva popular.


En los últimos tiempos, los debates sobre la educación son noticia por hechos de violencia que detonan en la escuela, conflictos y responsabilidades que siempre se adjudican al docente ultraprecarizado como trabajador, entre otras crueldades. Sin embargo, esta nota apuesta a encontrar nuevos lugares de debate que nos permitan pensar realmente que está pasando con la educación y cuáles son los desafíos reales que tenemos que afrontar. 

El papa Francisco en una de sus conversaciones sobre la educación -causa que militó a lo largo de toda su vida como buen franciscano con sus prédicas simples y al alcance de todo el mundo- sostuvo que “no se puede hacer ajuste en el desarrollo educativo, es criminal, es un suicidio programado”, porque la educación es "un alimento del alma".

Imitemos "el ejemplo" de Francisco y hablemos de educación para que todo el mundo pueda "priorizarla en su vida". Y los docentes que golpeamos la puerta al vecino diciéndole que esta escuela es para él, que sin el pueblo no hay educación, sabemos de esto, pero sabemos porque ellos con su fuerza nos lo han enseñado, no porque seamos exclusivos portadores de la voz educativa. 

El pueblo debe poder reconstruir las herramientas necesarias para poder expresar aquellas ideas que le vienen reprimiendo: queremos a todos los vecinos de los barrios más excluidos, y al pueblo en general hablando de cuál es la educación que necesitamos. 

La integración socioeducativa es urgente, la gente lo viene demandando, la educación pública y popular en sus mejores ejemplos de funcionamiento lo viene demostrando. Venimos de los mejores ejemplos de gestión de integración socio urbana de los que estamos observando y aprendiendo constantemente y necesitamos que el derecho social y originario a la educación sea un proceso integrado que no deje a nadie excluido y a nadie “incluido” en condiciones pauperizadas sin poder acceder como un piso mínimo a la alfabetización básica. 

La escuela es el lugar donde el pueblo cultiva su espíritu y se dan las grandes batallas, pero también las contradicciones más profundas, en donde, como en la calle, estalla la sensibilidad más profunda y originaria de nuestro pueblo más humilde. 

Francisco prosigue, las universidades deben estar al alcance de los pobres, porque ahí se formarán los cerebros del futuro y para seguir con este mandato que nos indica como horizonte y legado tenemos que volcarnos de lleno hacia la escuela pública. 

En el año 2024, se llevó a cabo la "marcha universitaria" que convocó miles y miles en las calles para defender de la motosierra letal de este gobierno criminal de Milei, no solamente el derecho a la educación universitaria en abstracto sino el acceso a la formación superior de las capas más excluidas de nuestro pueblo que levantó la voz y se puso a hablar en primera persona, además del protagonismo histórico de las clases medias.

La movilización masiva nos tiene que llevar a pensar en la imperiosa necesidad de una marcha educativa que abra camino a los debates necesarios, no ya desde una posición defensiva sino por la necesidad que tiene el conjunto del pueblo de transformar las bases y los pilares fundamentales de la educación pública en esas instituciones diseminadas a lo largo de nuestra patria que son las escuelas públicas. 

Citando al dirigente político, Juan Grabois en la presentación de su libro, en un club de barrio colmado de militancia y tratando de pensar los verdaderos problemas del pueblo, que “los maestros y los enfermeros somos héroes” por esto es necesario asumir que hay que hacerse cargo con seriedad de las problemáticas que nuestro pueblo le está demandando no solamente a la escuela como institución, ni a los docentes como trabajadores ultra precarizados y devastados en nuestras condiciones de salud mental sino al conjunto de situaciones y responsabilidades que hacen que la escuela pública sea tierra arrasada, honrando la memoria de los compañeros que dejan y dejaron la vida por una mejor por hacer de la educación un derecho sagrado y universal, que implica poner el cuerpo y una profunda vocación que esté acompañada por un reconocimiento de derechos que hace muchos años se vienen pivoteando por derecha. Hay que poner el pecho y hacer frente a estos debates que son los más complejos y sensibles. 

El derecho más originario es el derecho social a la educación, en el que los pibes se puedan educar en buenas condiciones edilicias y de infraestructura, (lo cual en las escuelas viene en una decadencia estructural hace muchos años), que tengan voz propia y principalmente que tengan herramientas como sostiene Grabois en el texto de argentina humana, para afrontar la vida con otras condiciones simbólicas y culturales que permitan elevar su autoestima y dejar de ser simples instrumentos disciplinados para otros. 

La autoestima de nuestro pueblo viene devastada y pisoteada y las condiciones de enseñanza con 50 alumnos en un aula de 2x2 provenientes de nuestras familias más humildes nos obliga a asumir una crisis humanitaria y de salud mental sin precedentes. No queremos más pibes abarrotados, no queremos más docentes quemados y deshumanizados que terminaron creyendo que los destinos de nuestros pibes ya están marcados por una esquina y el paco, ser soldaditos de un transa, o estar sumidos en la depresión y autodestrucción permanente. 

Esas condiciones también nos destruyen a nosotros y tenemos que dejar todo para que la docencia en la escuela vuelva a ser un orgullo, con la cabeza en alto diciendo que estamos educando a nuestro pueblo con dignidad y derechos. 

Las aulas abarrotadas de problemáticas, las familias diezmadas por las crisis, el consumo problemático, el abandono total de los derechos básicos y fundamentales. Para enaltecer como nuestro pueblo se merece el derecho originario a la educación debemos asumir y combatir con fuerza y desde toda la comunidad educativa unificada el profundo proceso de deshumanización en el que está sumido la escuela pública reivindicando nuestros mejores legados históricos que nos dejaron la mecha encendida para seguir luchando: el pocho puso el cuerpo para que no caguen a tiros la escuela, Rubén había estado en sucesivas protestas al gobierno de Vidal para que no cierren cursos de oficios para que la gente se gane la vida con dignidad, Sandra nos emocionó cuando decía que sabía lo que había detrás de cada pibe con su instrumento y entraba antes a la escuela para hacer el matecocido con Rubén cuando la escuela explotó. 

Ellos nos enseñaron como buenos maestros y con una profunda vocación que la educación es una causa del pueblo trabajador en su conjunto, que los únicos privilegiados son nuestros estudiantes y ese debe ser el puntapié para fortalecer y enaltecer todas las luchas del porvenir que el debate es desde todos y hacia todos. No podemos seguir con señalamientos y fragmentaciones. A debatir lo que nos corresponde, es urgente. A construir esa movilización por la escuela pública con todxs. 

 

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