

Los gremios que representan a los trabajadores docentes, estatales y judiciales de la provincia de Buenos Aires volvieron a reunirse con el gobierno de Axel Kicillof, en busca de un incremento salarial que supere la inflación acumulada. La propuesta anterior del 7% fue rechazada por “insuficiente”.
Las reuniones paritarias se realizarán este miércoles en la ciudad de La Plata. El Frente de Unidad Docente Bonaerense (FUDB), conformado por Suteba, FEB, Amet, Sadop y Udocba, será recibido a las 10.30 en la sede del Ministerio de Trabajo. A las 12.30 será el turno de los gremios estatales –ATE, Fegeppba y UPCN–, y por la tarde se sumará la Asociación Judicial Bonaerense (AJB).
La semana pasada, el Ejecutivo provincial ofreció una suba del 4% para mayo y un 3% para julio, calculada sobre los sueldos de marzo. La oferta fue descartada de inmediato por los gremios, que ni siquiera la trasladaron a sus bases para votación interna. El reclamo fue claro: una mejora que se acerque al 10%.
En febrero, la provincia había cerrado un acuerdo por una suba del 7% al básico, percibida en marzo, y un 2% adicional en abril. Desde entonces, el ritmo de la inflación se aceleró, con un 3,7% en marzo según INDEC, y un alza cercana al 6% en alimentos. Las proyecciones del ministro Luis Caputo estiman un piso del 3% para abril.
“El aumento propuesto no compensa la pérdida frente a la inflación”, declaró Claudio Arévalo, secretario general de ATE provincia. Además, remarcó que “es necesario un mayor esfuerzo del Gobierno bonaerense para garantizar salarios dignos”.
Los sindicatos esperan una oferta que tenga en cuenta el impacto acumulado del alza de precios. A su vez, sostienen que los acuerdos deben contemplar mecanismos de actualización más ágiles para evitar el rezago salarial.
En ese sentido, la expectativa para esta tercera reunión es que el Ejecutivo mejore su propuesta y ofrezca una alternativa “seria y razonable”. La presión de las bases y el contexto económico marcan el tono de una negociación cada vez más tirante.
La situación salarial se enmarca en un escenario de fragilidad económica que afecta las cuentas provinciales. Desde el entorno de Kicillof aseguran que la prioridad es “sostener los compromisos asumidos sin desfinanciar áreas clave del Estado”, aunque reconocen que “la presión gremial es entendible”.
En paralelo, las organizaciones sindicales advirtieron que si no hay avances significativos en esta nueva convocatoria, se evaluarán medidas de fuerza. Desde Suteba y Udocba ya dejaron entrever que “no se descartan acciones gremiales” si la propuesta no cambia sustancialmente.
El resultado de la paritaria tendrá impacto no solo económico, sino también político, en un momento en que la gestión bonaerense busca sostener cierta paz social en medio de los recortes nacionales.