

A la espera que reabra La Salada de Lomas de Zamora, el gobernador bonaerense Axel Kicillof se reunió con funcionarios para avanzar en la regularización de la situación de la feria y los trabajadores “puedan mantener sus fuentes laborales”.
Según indicó Kicillof en sus redes sociales, la Provincia se encuentra trabajando de manera conjunta con el Gobierno nacional, el municipio de Lomas de Zamora y la fiscal Cecilia Incardona para “regularizar la situación de las ferias de La Salada y que los trabajadores puedan mantener sus fuentes laborales”.
“Los tres niveles de Gobierno coincidimos en la necesidad de que reabran las ferias y vamos a destinar los recursos necesarios para concretarlo, mientras permanecemos a la espera de la resolución judicial”, aseguró el mandatario provincial en X.
Para lograr ese objetivo, el gobernador encabezó un encuentro a fin de instrumentar “las herramientas necesarias para que los trabajadores puedan cumplir con los requerimientos que la Justicia Federal solicitó para la habilitación” del predio.
Formaron parte de la reunión con el gobernador bonaerense el ministro de Seguridad Javier Alonso, el subsecretario de Comercio de la Provincia Ariel Aguilar y el asesor general de Gobierno Santiago Pérez Teruel y miembros de la Agencia de Recaudación de la provincia de Buenos Aires (ARBA) y el Banco Provincia.
El complejo ferial, ubicado en la localidad bonaerense de Ingeniero Budge, se encuentra cerrado tras la detención de Jorge Castillo, más conocido como “El Rey de La Salada”, luego de más de 60 allanamientos. Eso ocurrió el pasado 21 de mayo, tras la decisión de detener a Castillo por parte del juez federal Luis Antonio Armella, quien además ordenó el cierre del predio ferial.
Ante la falta de respuestas y la extensión en el tiempo del cierre, los trabajadores llegaron a cortar Puente La Noria para visibilizar el reclamo, porque aseguraban que había miles de trabajadores en riesgo directo por la clausura.
Actualmente, el predio tiene más de 8.000 puestos y le da trabajo a más de 30.000 familias que pagan cerca de 180.000 pesos por día para vender sus productos. Algunos son truchos y cuestionados por las grandes marcas, mientras que otros provienen directos de fábrica o son de producción propia.